martes, 20 de septiembre de 2011

Riego del rosal

¿Cada cuánto tiempo se riegan las rosas?

Eso depende de muchos factores. Por ejemplo:
  • Del clima de la zona: si llueve más o menos, si hace mucho calor o es un sitio más fresco, si es húmedo, etc.
  • De su situación en el jardín: si le da mucho viento se deshidrata más; si está a pleno sol consume más agua que si está en la sombra. 
  • Del tipo de suelo: un suelo arenoso retiene menos agua y hay que regar más que en un suelo con partículas finas como es la arcilla.
  • De la época del año: en primavera y verano consumen más agua que en invierno, puesto que en invierno está sin hojas y no necesita riego.
  • Del tipo de rosal: un gran rosal trepador consume más agua que un rosal miniatura de maceta.

Por lo tanto, influyen tantas cosas a la hora de saber cada cuánto tiempo hay que regar, que la única manera es experimentando en tu propio jardín, de acuerdo a las características que éste tenga.



Algunos tips para el riego de tus rosas

  1. Durante el primer año desde la plantación, no descuides el riego, porque todavía las raíces no son profundas.
  2. En invierno, en la que el rosal no tiene hojas, es evidente que no necesitará riego. Si está en maceta se debe regar algo para que no se resequen las raíces, pero muy poco.
  3. Evita siempre el encharcamiento. Un rosal encharcado varios días es muy peligroso. El exceso de agua es un grave problema para la mayoría de las plantas; se pudren las raíces y mueren. O bien se infectan de hongos.
  4. Es mucho mejor regar por la mañana temprano o al atardecer. No lo hagas durante las horas de mayor calor del día, pues se evaporará rápidamente.
  5. No mojes las flores ni las hojas, puesto que favorecerías las enfermedades por hongos; el mayor problema de los rosales: no soportan la humedad foliar. Aplica el riego al pie de la planta, con manguera, regadera o una simple jarra.


Paula Pauletto
E-mail: ambar_1712@hotmail.com




martes, 13 de septiembre de 2011

Rosas

Sin dudas, la rosa es y será la mimada del mundo floral, por muchas razones… por su belleza, su aroma y la nobleza de su floración.


     Recuerdo que mis dos abuelas tenían rosales en sus jardines, pero el jardín de mi abuela María, era insuperable: tenía las rosas más lindas y perfumadas del mundo! (desde el punto de vista de su nieta llena de amor).

     Tenía rosales aterciopelados, de pétalos rojo tan profundo que hasta casi parecían negros… y su perfume tan delicado que persiste aún en mis recuerdos más lindos. También viene a mi memoria una pérgola con un rosal trepador que daba rosas en ramilletes rosa pálido… era ver un techo lleno de rosas… ¡inolvidable!

     Seguramente tendrás también ese recuerdo de una abuela, o en tu misma casa natal, de esa rosa tan especial que te hizo admirarla… una vez más, te invito a llevar esa maravillosa especie a tu jardín. Te daré algunos consejos para que puedas emprender con éxito la tarea de tener tus rosas, del color que te guste, y de la forma que prefieras: si las quieres en macetas, trepando una pared o el clásico rosal en tierra.

     Los rosales, como antes te mencioné, vienen en varias formas, en el mercado encontrarás los clásicos rosales arbustivos, pero también están los trepadores –a los que tendrás que guiarlos en una pared o pérgola pared para que la cubran a medida que crecen-, y los llamados rosales enanos o de maceta. Estos últimos tienen las rosas pequeñas, abundantes… son maravillosamente floribundas y suelen crecer en ramilletes.

Rosal arbustivo
Rosal miniatura, enanos o de maceta
Rosal trepador

Tips a tener en cuenta antes de plantar un rosal:

  1. No plantes un rosal donde haya estado plantado otro durante más de 6 ó 7 años. Esto es porque la tierra donde ha estado ese rosal tantos años sufre una especie de "cansancio", que puede abarcar desde la falta de hierro, las sustancias tóxicas que dejó la raíz anterior del rosal, hasta por la presencia de hongos.
  2. Se necesita mucho sol para que el rosal florezca mucho y de flores de calidad. De todas manera, una sombra ligera, también le va bien, pero nunca lo pongas en una zona umbría. Igualmente,hay variedades que toleran más sombra que otras.
  3. Protege los rosales de los vientos o corrientes de aire, los sufren mucho.
  4. Las rosas, como la mayoría de las plantas, necesitan un buen drenaje.


Trata que la tierra tenga arena gruesa para permitir el buen drenaje del agua, pues la rosa no tolera los encharcamientos.



Paula Pauletto



viernes, 2 de septiembre de 2011

Suelo, fertilización y riego

Las plantas en su mayoría son generosas, nos brindan mucho pero a cambio nos piden un mantenimiento mínimo, y condiciones aptas para que puedan prosperar.


     Los árboles frutales están presentes casi en todo patio o en todo gran jardín, no sólo por la sombra que nos puedan dar, sino por sus frutos que nos dan la satisfacción de que sabemos que son nuestros, productos del cariño y la dedicación que les hemos puesto.

     Si comemos una naranja, no es lo mismo nuestra naranja que la que compramos en el súper, en la tienda, ¿cierto? Bien, pues, parte del éxito para cultivarlas es tener en cuenta el sustrato.

     Recuerda que el sustrato es la mezcla de diferentes materiales inorgánicos que hace el hombre, que generalmente se halla presente en el suelo.

Entonces, ¿qué características deben tener mínimamente los suelos para que los frutales prosperen sanos?

     Ten en cuenta estas premisas:
  • Profundidad: así anclarán mejor las raíces.
  • Estructura esponjosa, que permita la oxigenación de las mismas.
  • Capacidad para retener agua, de lo contrario, la planta se deshidrataría.
  • Buen drenaje, para evitar encharcamientos.
  • Que esté libre lo más posible de hongos, bacterias, gusanos y malas hierbas: no olvides el control fitosanitario.

Con respecto a la fertilización de los suelos previo o posterior al plantado de los árboles frutales (aunque estas indicaciones valen para la mayoría de las plantas) ten en cuenta que lo mejor es el abono orgánico, ya que, mediante éstos (estiércol, compost, turba, etcétera) y los fertilizantes minerales (fósforo, nitrógeno y potasio), aportamos al suelo los nutrientes necesarios.

     Si no lo hiciéramos el suelo se agotaría más tarde o más temprano.

     En el mercado encontrarás una gran variedad de fertilizantes, que con aplicarlos una vez al año estará más que bien, si tus suelos son medianamente ricos en nutrientes. Si tienes suelos pobres, tendrás que fertilizar más seguido.

     ¿El riego? Recuerda que la frecuencia y cantidad de riego depende de múltiples factores. Por ejemplo:
  • Hay especies que necesitan más agua que otra.
  • Un árbol pequeño necesita menos agua que uno grande.
  • En primavera necesitan más agua que en invierno.
  • En suelos más húmedos, que retienen más agua, necesitarán menos que uno arenoso.

Si eres principiante, puedes probar con cítricos, y si quieres animarte a más, un peral o un manzano son mis recomendaciones, ¿y por qué no ciruelos o damascos? Lo dejo a tu gusto y predilección.

Frutos del manzano

De ahora en más, ¡pon manos a la obra!

     Espero haberte transmitido un poquito del entusiasmo que genera cultivar plantas frutales, las que perdurarán en el tiempo y te llenarán de aromas y sabores que aportarán salud a tu vida.

     Las frutas son una fuente inagotable de sana energía, y si provienen de tu propio árbol, sin dudas, las encontrarás ¡más ricas!



Paula Pauletto


Árboles frutales

Seguramente, entre las travesuras de tu infancia, deben estar aquellas mandarinas o naranjas “tomadas prestadas” del vecino o de una casa sin habitar… eran más ricas que las que teníamos en la frutera de casa! Por qué será?

     Pues, porque tenían el sabor de una aventura infantil… si recuerdas esa época, podemos decir también que, seguramente, en casa de nuestros abuelos no podía faltar una planta de naranja o mandarina… ese recuerdo tan lindo podemos hacerlo realidad otra vez en nuestro propio jardín.

     Las plantas frutales son nobles, resistentes y generosas, podrás autoabastecerte de ricos frutos sólo con tener en cuenta algunas premisas para su cuidado y éxito.

     Te puede gustar mucho una fruta, pero si tu clima no es bueno para que dé buenas cosechas, quizás sea mejor escoger otra. Mira en tu zona a ver qué es lo que se está cultivando con éxito; éste es el mejor indicador para saber los frutales que se dan ahí.

     La palabra clave para elegir es considerar el frío.
  • no plantes especies frutales que no soporten el frío invernal. No te valdrían ningún frutal tropical o subtropical (a menos que lo tengas en invernadero o en un macetón y lo pongas a resguardo cuando llegue el frío).
  • no escojas variedades que florezcan en unas semanas del calendario en las que haya alto riesgo de que ocurran heladas. Deberás escoger aquellas que su época de floración salve estos periodos de peligro.

Para evitarlo, tienes que conocer dos datos:
  • La época aproximada de floración de la variedad.
  • Y si en esa época es probable que se den heladas o no.

Si vives en un clima cálido, considera que también tienen su limitación: muchas especies de árboles frutales necesitan acumular frío durante el reposo invernal para florecer adecuadamente.

     Ahora bien, te preguntarás cuáles son las especies frutales para la zona en la que vives… Una vez que tengas claro si tu zona es mayormente cálida o fría, hay una variedad de especies según el termómetro.

     Recuerda algo simple: El mejor indicativo para saber si producen bien en tu zona esa fruta que te interesa, es verla cultivada allí.



     Estos son los distintos tipos de climas y las frutas para cada uno de ellos:
  1. Clima Frío. Heladas frecuentes y se alcanzan temperaturas inferiores a -10ºC. 
  2. Clima Templado y Mediterráneo fresco. Heladas escasas, rara vez se alcanza -10ºC. 
  3. Clima Mediterráneo. Heladas débiles, no suelen superar los -5ºC y son de corta duración. 
  4. Clima Subtropical y Tropical. Heladas muy raras o inexistentes. El termómetro no baja de + 3ºC positivos.

Una vez que identificaste tu clima, la lista de frutales es la siguiente:
  • Para clima frío y templado: ciruelo, manzano, melocotonero o durazno, peral, fresas, uvas.
  • Para clima templado y mediterráneo: almendro, granado, kiwi, higuero, nuez.
  • Para clima mediterráneo costero: limonero, mandarina, naranjo, pomelo, platanero, tomatero.
  • Para clima subtropical - tropical: cacao, coco, mango, guayabo, papaya.

Ten en cuenta estos parámetros, para un exitoso cultivo, no hay nada más frustrante que ver tu planta secarse o morir porque no es la adecuada al lugar.

     En la próxima entrada veremos qué clase de suelos requieren, la fertilización, y el riego.


Paula Pauletto